En agosto, el índice de inflación alcanzó un preocupante 4,2%, superando las estimaciones tanto gubernamentales como privadas. El aumento fue significativo en comparación con el 4,0% registrado el mes anterior, lo que ha generado inquietud entre los analistas económicos.
El Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) había previsto una tasa de inflación del 3,9%, pero los datos reales sorprendieron. Ante esta situación, el Ministerio de Economía llevó a cabo un análisis para mitigar la preocupación pública, centrándose en la "persistencia en la reducción de la inflación", con el promedio móvil de tres meses del Índice de Precios al Consumidor (IPC) alcanzando niveles bajos no vistos desde febrero de 2022. El promedio móvil de seis meses también registró su cifra más baja desde marzo de 2023.
En agosto, el aumento del 4,1% en la inflación subyacente, que excluye elementos volátiles como los precios de los alimentos y la energía, destacó como un indicador preocupante. Esta medida refleja el incremento en los precios de productos y servicios menos susceptibles a variaciones estacionales o regulaciones gubernamentales.
Leo Anzalone, director del CEPEC, observó que, a pesar de las medidas adoptadas para reducir los gastos en importaciones y mitigar las tensiones cambiarias, la inflación núcleo sigue en aumento. Esto sugiere que los precios menos flexibles, como los de ciertos productos y servicios, continúan subiendo debido a factores estructurales en la economía, como la persistencia inflacionaria y ajustes en los márgenes de ganancia de las empresas.
Claudio Caprarulo, director de Analytica, manifestó su preocupación por el ligero incremento en la inflación núcleo, que alcanzó un 4,1% en comparación con el promedio de 3,7% de trimestres anteriores. A pesar de un impacto estacional positivo, con un aumento de solo un 1,5%, la situación sigue siendo delicada.
Horacio Miguel Arana, economista de la Fundación Internacional Bases, señaló que la inflación mensual no ha logrado descender del 4%, con precios relativos aún pendientes de ajuste. El impacto de los recientes ajustes en las tarifas de los servicios públicos es evidente, y se espera que haya un incremento adicional en este aspecto. Arana también destacó la necesidad de generar divisas para fortalecer las reservas del Banco Central, especialmente en caso de una cosecha abundante. La presencia continua del Banco Central sigue influyendo en la inflación subyacente, que se mantiene en un preocupante 4,1%.
Para septiembre, la consultora LCG proyecta que se reflejarán los recientes aumentos en los precios de los combustibles, los servicios de salud prepagos, y los ajustes pendientes en las tarifas de electricidad, gas y transporte ferroviario en el Gran Buenos Aires.
El último informe de LCG sobre precios muestra un promedio de inflación del 2,3% en el sector de Alimentos y Bebidas durante las últimas cuatro semanas, indicando una leve desaceleración. No se anticipa un impacto significativo derivado de la reducción del impuesto PAIS, y se espera que la tasa de inflación mensual se acerque aún más al 4%, según la consultora.
Leo Anzalone prevé que las restricciones inflacionarias persistirán, y que la reducción del Impuesto PAIS podría tener un efecto transitorio si no se implementan medidas estructurales complementarias. La reestructuración de tarifas sigue aumentando las tensiones inflacionarias, y con las reservas del BCRA en números negativos, la meta de convergencia al 2% parece cada vez más inalcanzable.
Por otro lado, Lautaro Moschet, economista de la Fundación Libertad y Progreso, proyecta una disminución en el ritmo de la inflación para los próximos meses, anticipando que se situará ligeramente por encima del 3%. Este descenso se atribuye principalmente al impacto de la reducción del impuesto PAIS en los productos y servicios sometidos a comercio internacional, lo que ayudará a contrarrestar el impacto de los aumentos en los precios controlados en el IPC global. (Perfil)
0 Comentarios