Ayer, Argentina se vio envuelta en un paro de transporte impulsado por un sector significativo del sindicalismo. Esta medida de fuerza se desarrolló en un contexto en el que otro sector había optado por esperar para negociar un diálogo con un gobierno que, en lugar de fomentar el trabajo, el desarrollo económico, la salud y la educación, utilizaba todas las herramientas del Estado para perseguir y amedrentar a los trabajadores. Así, los trabajadores se manifestaron para defender sus derechos y los de sus compañeros frente a un gobierno que instrumentaliza el Estado como herramienta de intimidación.
En el marco de este paro, el gobierno emitió un mensaje a través de la aplicación "Mi Argentina" que deslegitimaba la protesta. La notificación, enviada a todos los usuarios de la app, afirmaba: "Los sindicalistas no te dejan trabajar", mencionando directamente a líderes como Pablo Moyano y Pablo Biró. Esta estrategia buscaba instalar un discurso antisindical, presentando a los sindicatos como obstáculos para el trabajo y el desarrollo.
“Por una medida de fuerza de los gremialistas Moyano y Biró para cuidar sus privilegios, este miércoles no habrá servicios de transporte”, continuaba el mensaje, replicado también en altavoces de estaciones de tren. La utilización del Estado para promover una campaña de persecución quedó en evidencia, reflejando una modalidad que no es nueva. En mayo, antes de otro paro convocado por la CGT, el gobierno había habilitado una línea directa para denunciar medidas de fuerza y hostigó a la central sindical mediante pantallas en espacios públicos.
Pablo Micheli, ex secretario de la CTA Autónoma, criticó la acción gubernamental, afirmando que “el ultra derecha Milei utiliza Mi Argentina para amedrentar a los trabajadores. Si eso no es apriete y violencia, ¿cómo se llama? Es violatorio de los convenios de la OIT sobre el derecho a huelga y a la democracia.” Asimismo, la senadora Juliana Di Tullio se unió al repudio, señalando que se utiliza dinero público para enviar mensajes que infringen la ley.
Este paro de transporte trascendió la mera protesta; se convirtió en un llamado a la solidaridad y la resistencia frente a un sistema que busca dividir y reprimir. La historia de Orwell nos recuerda la importancia de estar alertas ante la concentración de poder, ya sea en el Estado o en manos de individuos que buscan perpetuar su dominio. La lucha de los trabajadores del transporte, en este sentido, es una lucha por el futuro de todos.
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