Esta semana, los congresistas electos tuvieron que llegar a una solución de última hora para evitar la parálisis del Gobierno de Estados Unidos. El caos surgió después de que Donald Trump criticara un proyecto que hasta ese momento estaba sobre la mesa. La intervención del presidente electo se produjo tras duras críticas de Elon Musk al texto bipartidista, una influencia que ha causado malestar no solo entre los demócratas, sino también entre los republicanos.
"Presidente Musk", "Jefe adjunto", "Eminencia gris de Trump", "doble de Trump"... Así es como algunos en Washington y en los medios de comunicación se refieren ahora a Elon Musk.
El magnate de Tesla fue elegido por Donald Trump para dirigir el nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental, pero en realidad, Musk también actúa como asesor cercano del presidente electo y participa en prácticamente todas sus reuniones y cenas.
El miércoles 18 de diciembre, bastó que Musk publicara una docena de tuits criticando el proyecto de presupuesto negociado entre republicanos y demócratas para que Trump ordenara a los representantes de su partido rechazar el texto, calificándolo de “plan ridículo”.
Finalmente, el Congreso acordó el sábado aprobar el proyecto de ley para financiar el Gobierno federal hasta mediados de marzo, evitando un cierre de fin de año.
Una parálisis presupuestaria habría supuesto el despido de cientos de miles de funcionarios, la congelación de prestaciones de la Seguridad Social y el cierre de algunas guarderías, lo que habría generado un gran descontento, especialmente en la víspera de Navidad. Aunque tanto demócratas como republicanos creían que este escenario había quedado atrás el martes, las críticas de Musk lo reavivaron.
¿Un anticipo de lo que vendría?
Este episodio ha sido interpretado como un anticipo de lo que podría ser la presidencia de Trump con Elon Musk como asesor. La relación entre ambos ha sido duramente criticada por los demócratas, quienes han señalado la creciente influencia del multimillonario, hasta el punto de ironizar sobre un posible “presidente Musk”, dejando a Donald Trump reducido al papel de vasallo.
Incluso algunos republicanos, dispuestos a desafiar las directrices de Trump, han manifestado que "trabajan para el pueblo estadounidense, no para Elon Musk". Musk, dueño de Tesla, SpaceX y X (antes Twitter), es actualmente el hombre más rico del mundo, con más de 208 millones de seguidores en las redes sociales.
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