De las "chirolas" a la desconexión salarial: La grieta entre Milei y Villarruel

La relación entre la vicepresidenta Victoria Villarruel y el presidente Javier Milei se encuentra atravesando una de sus etapas más tensas. La última disputa se desató tras un intercambio público sobre salarios, y ha puesto de manifiesto una grieta creciente entre ambos. Este conflicto no es nuevo, pero la reciente guerra de declaraciones ha profundizado aún más la distancia política y personal entre la vicepresidenta y el mandatario.

La polémica de las "dos chirolas"

El episodio que desató la tormenta comenzó con una queja de Villarruel sobre su salario como presidenta del Senado. En sus redes sociales, la vicepresidenta se refirió a su remuneración de manera irónica, afirmando que cobra "dos chirolas". Aunque esta expresión puede parecer un desliz lingüístico, la cifra real es considerablemente más alta: su salario bruto, a enero de 2023, ascendía a $3.764.820. Esta cifra, que la vicepresidenta considera insuficiente en comparación con otras figuras del gobierno, rápidamente se convirtió en el centro de la discusión.

El presidente Milei, en un intento por responder, criticó a Villarruel duramente: “El 95% de los argentinos gana mucho menos que eso”, dijo en una entrevista, aludiendo a la disparidad entre su salario y el de la mayoría de la población. Sin embargo, la respuesta de Milei también dejó en evidencia una contradicción: tres semanas antes, en un mensaje por cadena nacional, había afirmado que uno de los logros de su gobierno había sido aumentar el salario promedio de los argentinos de 300 a 1.100 dólares, lo que generó más confusión respecto a las cifras y la gestión económica.

La diferencia de visiones sobre los sueldos

La tensión entre Milei y Villarruel refleja una desconexión palpable en la percepción del costo de vida y los ingresos en Argentina. El presidente, en una entrevista posterior a las declaraciones de la vicepresidenta, admitió que el salario promedio real en el país, según los datos del INDEC, está por debajo de los 1.100 dólares mencionados en su discurso. "El salario promedio de la economía es de 400 mil pesos, y el 75% de la población está por debajo de esa cifra", reconoció, una afirmación que contradice su mensaje anterior.

Villarruel, por su parte, defiende su postura. Insiste en que su salario, aunque considerable, es inferior al que deberían recibir funcionarios de su rango, especialmente si se compara con los sueldos de ministros, jueces y otros altos cargos del gobierno. “No me dan vivienda ni ninguna otra compensación, esto está desfasado con la realidad de los argentinos”, ha señalado.

En este sentido, Villarruel no solo cuestiona el salario presidencial, sino también los aumentos en las dietas de los senadores. El jueves pasado, ante las críticas que recibió desde la Casa Rosada, la vicepresidenta firmó un decreto que congela las dietas de los senadores hasta el 31 de marzo de 2025. El objetivo era que fueran los propios senadores los encargados de discutir estos aumentos en sesiones ordinarias. Sin embargo, la polémica continuó, y la presión de las redes sociales hizo que Villarruel respondiera directamente a los ataques, incluso utilizando sus cuentas personales en plataformas como X (antes Twitter) e Instagram.

El choque con Martín Menem y la respuesta de Patricia Bullrich

En medio de la tormenta, Villarruel también ha lanzado críticas directas contra otros miembros del oficialismo. En una de sus respuestas más duras, cuestionó al presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, quien había aumentado en un 70% su dieta de legislador. “Martín aumentó sus dietas, pero nadie lo dice. Yo no creo que un país se haga mintiendo u ocultando las cosas”, dijo. Además, en una de sus intervenciones más polémicas, expresó: "Mi sueldo está congelado, y ahora me pagan dos chirolas por ser vicepresidenta". Esta afirmación molestó a varios miembros de la Casa Rosada, que consideran que Villarruel está completamente "desconectada de la realidad".

Desde el entorno de Milei se argumenta que la vicepresidenta no está considerando los sacrificios que está exigiendo el gobierno a los ciudadanos. "Ella no conoce el esfuerzo que hicieron los argentinos y la realidad económica del país", expresó el mandatario. En este contexto, también se deslizó una crítica hacia el estilo de Villarruel, acusándola de no alinearse con las políticas de austeridad impulsadas desde el Ejecutivo.

Sin embargo, en medio del conflicto entre Casa Rosada y Senado, Patricia Bullrich, ministra de Seguridad, se sumó a la discusión. En una entrevista radial, la ex candidata presidencial criticó fuertemente a Villarruel, acusándola de "no estar actuando por convicción" al congelar las dietas de los senadores y luego quejarse de ganar "chirolas". “No podemos predicar austeridad si no se da el ejemplo desde los altos cargos del gobierno", dijo Bullrich, alineándose con la postura de Milei.

Bullrich también acusó a Villarruel de querer una agenda paralela a la del presidente, sugiriendo que no estaba dispuesta a adaptarse a las decisiones del gobierno. "La vicepresidenta está mostrando que no tiene disciplina para seguir las estrategias del presidente", subrayó, y agregó que la falta de alineación de Villarruel podría perjudicar la cohesión interna de la coalición oficialista.

La relación rota y el futuro político de Villarruel

Con el paso de las semanas, la relación entre Milei y Villarruel parece estar cada vez más fracturada. Mientras el presidente y su círculo más cercano buscan consolidar su control sobre el Ejecutivo, la vicepresidenta se encuentra cada vez más aislada dentro de la coalición. Los rumores sobre su marginación de las decisiones políticas se intensifican, y desde el entorno de Villarruel aseguran que ella no está interesada en mantener su lugar en el gabinete si las cosas no cambian.

En cuanto al futuro electoral de Villarruel, muchos apuntan a que su influencia en la coalición se verá reducida en las elecciones de este año. Desde el entorno cercano a Karina Milei y Santiago Caputo, se reconoce que están trabajando para evitar que la vicepresidenta ocupe un lugar destacado en las listas, y se especula que Villarruel podría verse excluida del armado electoral del presidente.

La situación deja abierta la incógnita sobre los próximos pasos de la vicepresidenta. Si bien en un principio su presencia fue vista como un factor de equilibrio dentro del gobierno, el distanciamiento con Milei podría llevarla a replantear su futuro político. Por lo pronto, lo que parece claro es que el diálogo entre el presidente y su vicepresidenta ha desaparecido, y las declaraciones públicas seguirán alimentando una grieta que, por ahora, no tiene fin a la vista.


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