Un nuevo capítulo de tensión social se vivió este miércoles en el Congreso de la Nación, cuando la tradicional movilización de jubilados y pensionados derivó en choques con la Policía Federal. La fuerza de seguridad aplicó el protocolo antipiquetes y reprimió con gases lacrimógenos a los manifestantes, lo que dejó un saldo de al menos 20 heridos, según trascendió de manera extraoficial.
La protesta, acompañada por organizaciones sociales y sindicales, buscaba visibilizar el descontento con el gobierno de Javier Milei por la situación de los haberes jubilatorios y el veto presidencial a la ley de aumentos votada en el Congreso.
Durante el operativo, los efectivos avanzaron para liberar las avenidas Hipólito Yrigoyen, Rivadavia y Entre Ríos, desplazando a los manifestantes hacia la Plaza de los Dos Congresos. Esa maniobra generó empujones, forcejeos y escenas de caos, con varios afectados por los gases. Testigos denunciaron además detenciones arbitrarias.
Entre los participantes de la marcha se encontraban el cura villero Paco Olveira y familiares de víctimas de la represión de marzo pasado, entre ellos el padre de Pablo Grillo, el fotógrafo herido por un proyectil de Gendarmería.
Los gremios presentes repudiaron el accionar policial y subrayaron que la protesta era pacífica. En contrapartida, el Gobierno defendió su postura destacando las medidas recientemente anunciadas para jubilados: un programa de descuentos del 10% en unos 7.000 comercios y reintegros del 20% en rubros de limpieza y perfumería, con el fin de “aliviar el impacto de la crisis en los hogares de adultos mayores”.
La movilización se produjo a pocas semanas de las elecciones legislativas del 26 de octubre y volvió a poner en evidencia la creciente conflictividad social. Los organizadores insistieron en que el objetivo central fue defender el sistema previsional y reclamar mejoras urgentes en los ingresos de jubilados y pensionados.
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