La renuncia de José Luis Espert como primer candidato a diputado nacional por La Libertad Avanza (LLA) en la provincia de Buenos Aires desató una inesperada cadena de reemplazos, tensiones internas y polémicas mediáticas. En ese escenario emergió un nombre que pocos imaginaban en la cima de una lista legislativa: Karen Reichardt, exvedette y figura de la televisión de los años ‘90, hoy convertida en activista animalista y referente del oficialismo libertario.
El juez Alejo Ramos Padilla, titular del Juzgado Federal N°1 con competencia electoral, resolvió que la sucesión debía realizarse por “corrimiento natural”, dejando a Reichardt —cuyo nombre real es Karina Celia Vázquez— al frente de la boleta bonaerense. La decisión judicial frustró los intentos de ubicar al diputado Diego Santilli como reemplazante de Espert, y obligó al oficialismo a asumir un giro forzado en su estrategia política para los comicios del 26 de octubre de 2025.
Del humor picaresco a la arena política
El rostro de Reichardt no es desconocido para la televisión argentina. Durante los años ‘90 fue una de las presencias más recurrentes en ciclos de humor y entretenimiento, como Peor es nada —junto a Jorge Guinzburg y Horacio Fontova— y Brigada Cola, con Emilio Disi y Guillermo Francella. Su exposición mediática se extendió también al cine y a producciones teatrales que la consolidaron como parte del universo televisivo liviano de la época.
Con el paso del tiempo, Reichardt reconvirtió su perfil público. Dejó atrás los escenarios de humor y se volcó a la conducción y al activismo animalista. En la Televisión Pública condujo Amores Perros, un ciclo sobre adopción responsable, y fundó una línea de ropa para mascotas. En sus redes sociales se presenta como amante de los animales, fanática de River Plate y ferviente defensora del presidente Javier Milei.
Sin embargo, su salto al primer plano político parece más una consecuencia del vacío dejado por Espert que el resultado de una construcción política sostenida. En su entorno reconocen que Reichardt “todavía está aprendiendo el terreno” y que su inclusión en la lista original respondía más a su visibilidad mediática que a su experiencia legislativa o militante.
Una herencia política con sello peronista
Pese a su actual alineamiento libertario, Reichardt proviene de una familia con pasado peronista. Es hija de Eliseo Vázquez, exconcejal de Lanús en los años ‘90 y 2000, quien fue mano derecha del histórico intendente Manuel Quindimil, conocido como “el rey de los intendentes”.
Vázquez fue protagonista de una interna fuerte en 1991, cuando estuvo a punto de reemplazar al propio Quindimil tras una licencia médica del jefe comunal. Sin embargo, las resistencias internas dentro del justicialismo impidieron su llegada a la intendencia. Aquella frustración política marcó su carrera, que luego perdió peso en el escenario local.
Paradójicamente, tres décadas después, su hija llega al Congreso de la mano de un espacio que se presenta como el reverso ideológico del peronismo tradicional. Una herencia política resignificada bajo el discurso del “cambio”, pero con viejos apellidos reapareciendo bajo nuevas banderas.
Polémicas y contradicciones
El ascenso de Reichardt no tardó en despertar controversias. En redes sociales comenzaron a circular antiguos tuits con expresiones racistas y homofóbicas publicados entre 2017 y 2018, en los que se refería despectivamente a otros usuarios con términos discriminatorios. Ya en 2023, incluso después de haberse acercado al espacio de Javier Milei, realizó declaraciones polémicas en las que proponía “levantar un muro” para separar “a la gente de bien de los kirchneristas”.
Las críticas no se hicieron esperar. La periodista Viviana Canosa fue una de las primeras en cuestionarla: “No podés hablar así de la gente que vive en casillas como si valiera menos. No conocés la provincia que vas a representar”, lanzó en su programa.
Desde el entorno libertario evitaron responder públicamente, aunque reconocen que el episodio “no ayuda” a una campaña que ya venía golpeada por la salida de Espert y la falta de cohesión interna en la provincia.
Una figura en construcción
A pocos días de encabezar su primera campaña como candidata principal, Karen Reichardt enfrenta el desafío de convencer a un electorado que todavía la asocia más con la farándula que con la gestión pública. En su entorno confían en su carisma y en su capacidad de comunicación, pero reconocen que carece de trayectoria en los debates legislativos y en la gestión política territorial.
En un contexto económico crítico y con un oficialismo en busca de sostener su caudal político, su figura parece más una apuesta de exposición mediática que una candidatura de peso político real.
Mientras tanto, Reichardt intenta reinventarse una vez más: de símbolo de la televisión noventosa a rostro visible del discurso libertario. En tiempos donde la política y el espectáculo se confunden cada vez más, su historia es reflejo de un país donde la fama muchas veces se convierte en credencial política.
0 Comentarios