Javier Milei recibirá este jueves en la Casa Rosada a un grupo de gobernadores con los que busca relanzar su gestión tras las elecciones legislativas. El encuentro, previsto para las 17, fue anunciado como un gesto de apertura política, aunque en los hechos refleja la necesidad del Gobierno de recomponer vínculos con las provincias después de meses de enfrentamientos y recortes presupuestarios.
En el oficialismo estiman que participarán entre quince y veinte mandatarios provinciales, definidos como “dialoguistas”, en lo que Milei pretende presentar como el comienzo de una nueva etapa, más institucional y con trajes en lugar de motosierra. La estrategia responde también a los reclamos del Fondo Monetario Internacional y de la Casa Blanca, que insisten en que el presidente necesita apoyo político interno para sostener su plan de reformas estructurales.
Sin embargo, los gobernadores ya advirtieron que su acompañamiento no será incondicional. Varios de ellos remarcaron que están dispuestos a colaborar, pero sólo si las medidas no vuelven a perjudicar a sus distritos, como ocurrió durante el primer año de gobierno, cuando los recortes de transferencias y la eliminación de fondos federales afectaron seriamente las finanzas provinciales.
“Vamos a acompañar todo lo que entendemos que está bien y todas las reformas que hay que llevar adelante, siempre defendiendo a la provincia de Santa Fe y al interior productivo”, declaró Maximiliano Pullaro, gobernador de Santa Fe, que en las elecciones quedó tercero detrás de La Libertad Avanza y Fuerza Patria. Su frase sintetiza el clima de cautela que domina entre los mandatarios: disposición al diálogo, pero sin cheques en blanco.
Pullaro reclamó una reducción real de la carga impositiva y una reforma laboral que incentive el empleo sin deteriorar los derechos de los trabajadores. En términos similares se expresaron los gobernadores Ignacio Torres, de Chubut, y Claudio Vidal, de Santa Cruz, también relegados en los comicios y preocupados por el impacto de las políticas nacionales en sus economías regionales.
La convocatoria de Milei intenta mostrar un giro hacia la moderación, aunque la desconfianza de los gobernadores es evidente. La mayoría coincide en que las reformas que impulsa el Gobierno —laboral, tributaria y previsional— podrían profundizar los desequilibrios entre la Nación y las provincias si no se acompañan de una verdadera política federal.
Detrás del discurso de apertura, el encuentro de este jueves aparece como una prueba para el Presidente: deberá demostrar si está dispuesto a negociar o si su llamado al diálogo es apenas una puesta en escena para dar aire político a un programa económico que sigue generando tensiones en todo el país.


0 Comentarios